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A veces pienso...

Turno de oficio

Hoy me he estrenado como letrado del S.O.J.. Las siglas significan "Servicio de Orientación Jurídica", y es uno de los servicios que presta mi colegio dentro de lo que genéricamente se llama la asistencia jurídica gratuita.

Al colegio le gustan mucho las siglas. Además del SOJ, esta el S.A.O.J.I. (Servicio de Asistencia y Orientación Jurídica para Inmigrantes), el S.O.P. (Servicio de Orientación Penitenciaria), el S.A.M. (Servicio de Asistencia y Orientación Jurídica a la Mujer), el S.A.V.VI.D. (Servicio de Asistencia a las Víctimas de la Violencia Doméstica), el S.A.ME. (Servicio de Asistencia y Orientación Jurídica al Menor) y finalmente el SER.P.I. (Servicio de Permanente de Intérpretes)

Al margen de esta tontería de las siglas, el funcionamiento de mi Colegio en este sentido es para sentirse orgulloso de él, por la organización, y de los participantes, por la clara vocación y el desinterés económico en asistir a personas sin recursos. No digo lo que se cobra en cada servicio por parte del Ministerio de Justicia, ni lo que se tarda en cobrar para no mover a nadie a la hilaridad.

Me había apuntado en otras ocasiones a este servicio, el S.O.J., pero no me habían llamada. Este año ha tocado.

Mi labor consiste en atender a una serie de personas en un despacho del edificio de los juzgados. Previamente han sido citados por los administrativos del servicio y yo les recibo en su primera visita para intentar averiguar dónde se encuadra procesalmente lo que quieren (o lo que de ellos quieren) y valoro de sus manifestaciones si cumplen los requisitos para acceder legalmente al beneficio de la asistencia jurídica gratuita. No se entra en el fondo del asunto que les trae: si tienen o no razón. Tan sólo se comprueba la mediana viabilidad del asunto, si es competencia de los juzgados y tribunales de Zaragoza y su partido judicial, y se les informa de los requisitos económicos, indicándoles que documentación han de aportar y se les ayuda a rellenar la solicitud.

Asépticamente así es el servicio.

Humanamente ha consistido en atender a dos muchachas de veintipocos años que se quieren separar, con hijos muy pequeños, y una de ellas, sospecho, que sufridora de malos tratos. Intentar ser frío y profesional en estas circunstancias me es difícil, sobre todo cuando dos pares de ojos llorosos te miran (madre acompañante e hija) pendientes de cada palabra de tu boca.

También me ha tocado una inmigrante ilegal, con un hijo con tantos días de edad como los diecinueve años de su madre, en reclamación de la paternidad al pseudoser humano español de pura cepa que la embarazó.

Me ha conmovido especialmente la petición de unos abuelos para que su propio hijo les deje ver a su único nieto.

Me he divertido con un andaluz al que el ayuntamiento, a través del policía escolta de un altísimo cargo, ha multado por no llevar el perro con bozal y correa.

También he atendido a una profesional de esto (siete expedientes tengo abiertos, señor abogado...)

Un tetrapléjico que se quiere divorciar, y que no ha podido firmar la solicitud (lo he hecho yo por él)

Un jetilla, que no cumplía los requisitos económicos, que quiere disminuir la pensión alimenticia que le paga a su hija.

Y finalmente una chica joven, madre soltera muy decidida, que quiere retirar reclamar en exclusiva la guardia y custodia de su hijo del que el padre no quiere saber nada.

En fin, historias humanas, unas más duras que otras, todas merecedoras de media hora de atención por parte de una abogado, que no puede decir nada más que "le citarán otro día para una segunda visita" cuando muchos de ellos sólo quieren una palabra de ánimo y de esperanza para "su" problema.

Cuando he llegado a casa, me he sentido orgulloso de mi profesión y de que creo que nunca me endureceré tanto como para negar una palabra amable o simplemente escuchar a alguien que quiere ser oído, y a lo mejor sólo eso. Mi trabajo de hoy quiza tarde un año en cobrarlo, pero hoy dormiré contento con lo he hecho, y no siempre lo hago.

2 comentarios

El Camaleón -

Es genial ver que a pesar de la mala fama, aun existen abogados corazonzito...no te dejes llevar por el lado oscuro...;)

Danuto -

Eres un cabrito. Había memorizado la conversación de "Blade 2" en la que el cazavampiros le dice a un tío rubio: "¿Humano?" y el otro le responde "Apenas. Soy abogado".

Y claro, con estas cosas, no puedo, aunque lo cuele de rebote. Pierde toda la fuerza moral.

Me tendré que concentrar en los ingenieros y los informáticos, está visto.

Sigue así.
Encantado, por mi parte.