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A veces pienso...

Sellos autoadhesivos

Sellos autoadhesivos Hoy he entrado en un estanco a comprar sellos. Dado que el número de sellos que necesitaba era algo elevado, pensaba que después iba a pasar un buen rato mojando el adhesivo con la esponja antes de pegarlos en su correspondiente sobre.

Para evitar esto tenía previsto pasar por una oficina de correos, dónde te entregan los sellos en una tira de a uno, en forma de etiqueta adhesiva. Sin embargo si los compras en estanco, te dan de los dentados tradicionales con el reverso engomado.

Mi sorpresa ha sido cuando el estanquero me ha ofrecido los sellos en pegatinas. En unas tarjetas de a ocho sellos cada una, con diferentes motivos muy vivos.

Cómo viejo coleccionista de sellos, que lo dejó hace muchos años, los avances en la filatelia me entristecen. Si ya de por sí el correo electrónico y el fax han mermado en mucho el correo tradicional, este poco que queda se franquea con pegatinas.

¿Dónde quedará el coleccionista de sellos, con su lupa, contando los dientes de los sellos, comprobando su perfección, la simetría, la filigrana del dibujo?

¿Dónde aquellos sellos faciales de diversos colores, donde Alfonso XIII primero, Franco después, y últimamente el Rey Don Juan Carlos nos miraban coloreados con las mas diversas gamas cromáticas?

Quien colecciona sellos ahora, pareciera que lo hace con cromos autoadhesivos de Panini o de Phoskitos. El arte de colocar la charnela negra, de manejar cuidadosamente el ejemplar con pinzas, definitivamente agoniza.

Yo por si acaso guardo mi colección de sellos nuevos de España desde 1960 hasta 1980, con todos los ejemplares nuevos. Deben de valer ya un pastón. Pero por si acaso no me informo. Cuando la necesidad apriete los subastaré al mejor postor, porque yo de pegatinas no quiero saber nada.

1 comentario

Lola A -

Podría describir el sabor del pegamento de los sellos?