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A veces pienso...

La iglesia con minúscula

Leyendo ayer la Bitácora de Almendróndescubrí este artículo del teólogo Hans Küng que me llevó a reflexionar sobre mi relación con la Iglesia Católica.

Obviamente yo, como la mayoría de los españolitos de a pie soy católico por puro impulso familiar. Nací y fui bautizado con unos días de vida y me eduqué en un colegio religioso. Actualmente mis dos hijos estudian en un colegio religioso. Pero no por ese hecho en si, sino por que resulta evidente que la calidad de la enseñanza en los colegios religiosos en general y en ese colegio en particular es muy superior a las escuelas aconfesionales públicas. También hay colegios aconfesionales privados con altos grados de calidad en la enseñanza, pero mi bolsillo no llega hasta allí.

Pero el artículo que cito me llevó a reflexionar sobre algo que hace unos días viene a mi mente con frecuencia. La separación de caminos de la Iglesia Católica y de los católicos. Ni a proposito se pueden hacer más cosas para alejar a los feligreses de las parroquias. La escasez de vocaciones hace que la cultura media y los modos de los sacerdotes y párrocos deje mucho que desear en ocasiones. Si a ello unimos la dependencia de las parroquias de seglares que desinteresadamente, colaboran en las parroquias, pero que a cambio, van tomando parcelas de poder en el desarrollo de las funciones pastorales. Estos seglares, en muchísimas ocasiones no son más que "meapilas" que hacen gala de un desconocimiento absoluto del derecho canónico básico, y sin embargo hacen y deshacen a su voluntad en la preparación de los fieles para los sacramentos.

Esto en el nivel próximo. Si nos vamos a niveles más generales, el panorama es desolador. La postura de la Iglesia frente a los anticonceptivos, con las risibles y recientes declaraciones sobre el SIDA y los preservativos. La pedofilia, la cerrazón a las reformas, e incluso la involución preconciliar. Un Papa anciano y enfermo, pero integrista y obtuso. En definitiva, y como decía, una Iglesia que sigue un camino diferente, no sólo distinto, sino opuesto, al de sus feligreses.

Otra cuestión es Dios. Mi parte racional me induce a creer que no existe. Pero mi parte emocional me impulsa a la vez a pensar que hay algo más y que ese algo tiene que ser un ser superior al que llamamos Dios. Una cosa es segura, mi Dios no es el Dios de la Iglesia Católica integrista, ocultista y obtusa de este principio del siglo XXI.

Desde luego, y afortunadamente, no todos piensan como yo.

Más sobre este tema también tomado de la Bitácora de Almendrón

1 comentario

Danuto -

Pues yo, por impulso familiar, como dices, fui bautizado (aunque no está muy claro si las condiciones fueron las más legales, pronto se sabrá), pero a la altura de la comunión ya tuve la cabezonería suficiente para no hacerla (mucho más divertido estar en la calle, y si te dan opciones... no hay color).

En cuanto al nivel de educación, no sabría decirte. Lo que sí es verdad es que en los públicos hay diferencias más dramáticas entre unos alumnos y otros, pero mi instituto (el Blecua) tenía una fama desastrosa (había profesoras nuevas que lloraban al llegar porque las habían destinado ahí) y sin embargo salieron algunos lumbreras de la leche, algunos de los cuales ya están pululando por las clases de la Universidad, pero desde la tarima. Yo no, pero casi, eh, casi :)))

Y lo peor que le veo a los colegios confesionales es que preparan a los alumnos frente a la vida real de una forma más bien falsa, y se suelen dar unos porrazos al mezclarse con los demás que...

Así que cuidado con los chavales. Tenlos informados de todo, que nunca se sabe. Más vale que cuando conozcan otra cosa, estén prevenidos. Porque de la emoción nacen muchas tonterías.